De rodillas, para caminar

El camino cristiano requiere que estemos de rodillas ante nuestro Redentor. Es el mejor modo de caminar seguro.
Con nuestra condición acudimos a su presencia. Os propongo que acompañemos cada semana a Constantino de la Fuente en su Confesión de un Pecador. Esta obra la editó el maestro de nuestra iglesia en 1547.
Intercalaré algunas notas, pero se trata de estar todos con su lectura oyendo nuestra propia confesión.
"Aparezco delante del juicio de tu misericordia, unigénito Hijo de Dios, dado por mano del eterno Padre para ser precio y redención, para ser sacrificio y juez de los hombres. Vengo, Señor, para que oigas, no de mi justicia sino de mis pecados, no de mis derechos sino de mis culpas y de las grandes ofensas que he cometido, no sólo contra los hombres sino contra la majestad y bondad y misericordia de tu Padre".
Si tenemos esta actitud, ya estamos caminando, y nadie nos parará en el camino de bendición.

Emilio Monjo Bellido



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