La maqueta del Auto de Fe de Llerena



La maqueta de un Auto de Fe.

Sorpresa encontrada en el recién inaugurado museo de historia de Llerena.

Esto que veis representado aquí es un Auto de Fe, donde públicamente se sentenciaba a los condenados por el tribunal de la Inquisición. En nombre de dios (con minúsculas), se les colocaba un sambenito (la especie de pechera-estola con esa cruz roja) donde se leía la causa por la que habían sido procesados, acompañado de un capirote del mismo color (¿os suena?) y bordado el escudo del tribunal y unas llamas hacia arriba o hacia abajo dependiendo de si iban a ser ''relajados'' (quemados) o no. Acompañan los ''perros de dios'' (dominicos), los franciscanos, toda la representación de la Orden de Santiago y del priorato de San Marcos, delegación real, etc etc. De las penas mínimas eran la obligación de vestir hábito y cárcel por un tiempo, más el secuestro (la confiscación) de todos TODOS los bienes propios y familiares que pasaban, como no, a manos de la inquisición. Posteriormente los 'contumaces' (los cabezotas) eran quemados vivos; frecuentemente con ramas verdes para hacer más humo y hacer la muerte más lenta. Pero la pena no acaba ahí. Después del auto ese Sambenito era expuesto en la parroquia a la que perteneciera el procesado, y se mantenía ahí por generaciones para vergüenza pública de su familia, a la que se le expulsaba de toda posibilidad de vida y trabajo público pasando a ser poco menos que unos apestados.
Toda la comarca estaba obligada a asistir al acto, toda sin excepción. Y el que no acudiera sería después también hecho preso por el tribunal al convertirse en sospechoso. En la maqueta se les puede ver representados en la calle. Los balcones y palcos cual corrida de toros (o tribunas de la carrera oficial), estaban reservados para autoridades civiles y eclesiásticas.

ESTE es el origen y modelo de la Semana Santa en las formas, siendo el fondo, combatir la FE de los procesados, especialmente los que lo eran por 'herejes luteranos' y que dieron lugar a la contrarreforma.



No fueron pocos, fueron miles. Miles en ciudades de pocos miles de habitantes por aquél entonces. Un genocidio ideológico que perduró siglos.

Este modelo es de Llerena, donde con frecuencia asesinaron moriscos y judeoconversos a placer; también algunos 'iluminados'; y en 1964 se descubren miles de cadáveres emparedados vivos en las paredes del torreón de la iglesia llenerense. Y ahí siguen, emparedados con signos de tortura mientras se da misa con normalidad e indiferencia; se adoran imágenes e ídolos que no son más que muerte , mientras la vida de esos miles, y la Fuente de vida eterna se desprecia. No cabe; no tiene lugar la vida entre muertos, la Luz entre las tinieblas. Son ''sepulcros blanqueados que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de muertos y de toda inmundicia''. Mat 23

Eso fué en Llerena; en Sevilla ocurrió lo mismo a otros niveles superiores si cabe.
Pero esta vez no fueron moriscos, fueron de los nuestros, nuestra 'iglesia chiquita', los que en la plaza de San Francisco fueron condenados a dar su vida por creer que el papa era un miserable hombre como ellos, o que el único purgatorio que existe era su propio calvario. Los 'herejes contumaces luteranos', tan grandes en número junto con Valladolid, que los jesuítas tuvieron que acudir en auxilio doctrinal al tribunal e instaurar y dar forma a la Contrarreforma; madre de la Semana Santa, oscuro ritual que recuerda que bajo esas formas que hoy muchos toman voluntariamente por ignorancia, se asesinaba a todo aquél que no piensa como Roma. Miserables.

JRMM
*Maqueta de V. Juliá , se puede visitar en el Museo de Historia de Llerena (Badajoz)























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